Christelijke e-cards met Bijbeltekst

Aun el gorrión halla casa,
Y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos,
Cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos,
Rey mío, y Dios mío.

Aleluya.
Alabad a Jehová, porque él es bueno;
Porque para siempre es su misericordia.

No está aquí, sino que ha resucitado.

Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera,
le crucificaron allí, y a los malhechores,
uno a la derecha y otro a la izquierda.

Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo:
Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado;
haced esto en memoria de mí.

Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú,Que libras al afligido del más fuerte que él,Y al pobre y menesteroso del que le despoja?

Por lo cual Dios también
le exaltó hasta lo sumo,
y le dio un nombre
que es sobre todo nombre,

Y estando en la condición de hombre,
se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente
hasta la muerte,
y muerte de cruz.

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;

Estando persuadido de esto,
que el que comenzó en vosotros la buena obra,
la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;

Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros,
siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros,
por vuestra comunión en el evangelio,
desde el primer día hasta ahora;

Porque ¿quién en los cielos se igualará a Jehová
¿Quién será semejante a Jehová entre los hijos de los potentados?
Dios temible en la gran congregación de los santos,
Y formidable sobre todos cuantos están alrededor de él.

Tú tienes dominio sobre la braveza del mar;
Cuando se levantan sus ondas, tú las sosiegas.

Porque ¿quién es Dios sino sólo Jehová?
¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios?

Y el que estaba sentado en el trono dijo:
He aquí, yo hago nuevas todas las cosas.

Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS,
porque él salvará a su pueblo de sus pecados.

Jesucristo nuestra esperanza,

Jehová el Señor es mi fortaleza,
El cual hace mis pies como de ciervas,
Y en mis alturas me hace andar.

Aunque la higuera no florezca,
Ni en las vides haya frutos,
Y las ovejas sean quitadas de la majada,
Y no haya vacas en los corrales;

Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre;
nosotros barro, y tú el que nos formaste;
así que obra de tus manos somos todos nosotros.

La mano de nuestro Dios
es para bien sobre todos los que le buscan;
mas su poder y su furor contra todos
los que le abandonan.

Y ahora, Señor, ¿qué esperaré?
Mi esperanza está en ti.

Tú diste alegría a mi corazón
Mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto.

Reinará Jehová para siempre;
Tu Dios, oh Sion, de generación en generación.
Aleluya.